FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA POR FRANCISCO ARIAS SOLIS
Francisco de Rojas Zorrilla.
LA VOZ DEL SENTIMIENTO DEL HONOR
Rojas comenzó su carrera dramática en 1632, colaborando con Pérez Montalbán y Calderón de la Barca en la tragedia El monstruo de la fortuna. Después sólo o en colaboración a veces con Vélez de Guevara, Mira de Amescua y otros autores escribió numerosas piezas (un total de 70), entre las que destacan: Del rey abajo ninguno, drama sobre el honor, Entre bobos andas el juego, una de sus mejores comedias, Donde hay agravios no hay celos, Lo que son mujeres, El más impropio verdugo, Casarse por vengarse, No hay ser padre siendo rey y El Caín de Cataluña.La pieza más famosa de Rojas, Del rey abajo ninguno, y labrador más honrado García del Castañar, participa de la trama de El villano en su rincón, de Lope; de El celoso prudente, de Tirso, y de La luna de la sierra, de Vélez de Guevara; las concesiones al público son manifiestas y entroncan con el teatro más lopesco; el personaje creyéndose ofendido por el rey, trata de lavar la afrenta en su esposa, que ha de huir a la corte, donde don García se entera de que ha sido un caballero y no el monarca quien intentó conseguir los favores de su esposa. El caso se enraíza fuertemente en el sentido tradicional del honor, ya que don García está seguro de la inocencia de su esposa; él mismo deja escapar a quien cree el monarca antes que hubiera lugar a los hechos.
El honor es llevado aquí hasta sus últimas consecuencias, pero no de la manera fría y codificada de un Lope, o, sobre todo, de un Calderón; Rojas humaniza esta lucha de García del Castañar, al mostrar al héroe atenazado por las dudas, por el dilema de la injusticia de su acto, por la tortura cruel del pensamiento: es una lucha corneillana entre el amor y el deber que no alcanza extremosidad trágica por intervención del destino.
Francisco de Rojas de Zorrilla nace en Toledo el 4 de octubre de 1607. Estudió en su ciudad natal y probablemente en Salamanca; en 1631 reside en Madrid, habiendo estrenado para esa fecha algunas piezas aplaudidas no sólo por el vulgo sino también por Felipe IV, a quien Rojas alabará en un Anfiteatro de Felipe el Grande, junto con otros ochenta y nueve poetas, con motivo de haber matado el monarca un toro de un arcabuzazo. Felipe IV protegió a Rojas y pronto las comedias de éste subieron a palacio; siendo fiscal de unos vejámenes en los festejos y agasajos con que se honró a la princesa de Carignan, su sátira contra sus colegas fue tan dura al parecer que alguno de los ofendidos o alguna mano pagada propinó a Rojas varias cuchilladas que lo llevaron al borde la tumba. En 1640, y para el estreno de un nuevo teatro construido con todo lujo, compuso por encargo la comedia Los bandos de Verona. El monarca, satisfecho con el dramaturgo, se empeñó en concederle el hábito de Santiago: las primeras informaciones no probaron ni su hidalguía ni su limpieza de sangre, antes bien, la empañaron; pero una segunda investigación que tuvo por escribano a Quevedo, mereció el placer y fue confirmado en el hábito (1643). En 1644, desolado el monarca por la muerte de su esposa Isabel de Borbón y poco más tarde por la de su hijo, ordenó clausurar los tablados, que no se abrirán ya en vida de Rojas Zorrilla, fallecido de forma repentina en Madrid el 23 de enero de 1648.
Rojas es el trágico por excelencia del teatro dorado; ningún otro tiene su violencia para los desenlaces, hasta el punto de que llena de sangre la escena como los románticos. Trágico hasta la desmesura, hasta cruzar los límites permitidos por Lope, hasta la truculencia. En Cada cual lo que le toca, además de presentar a la mujer como vengadora de su afrenta, matando al ofensor -un seductor que incumple la promesa de matrimonio- con la espada de su marido, adelanta un paso hacia la humanización según las normas, el marido no podía perdonar una vez conocida la falta. Rojas osó hacerlo y recibió la repulsa de un público no acostumbrado a tales desenlaces.
En la vertiente cómica, diremos que las comedias de Rojas se limitan a divertir con enredos hábiles, animación, travesuras y abundante gracia. La más conocida, Entre bobos anda el juego, saca a escena el figurón, que dará pie a un tipo de comedia, así calificado: don Lucas no es el primer viejo avaro y miserable que se pierde en amores por una joven, mientras ésta pone sus ansias en otro personaje más merecedor de ellas por razón y lógica.
Rojas escribió además varios autos siguiendo a Calderón en argumentos y motivos, así como dos comedias de Santos, Santa Isabel, reina de Portugal y La vida en el ataúd, que sólo demuestran la indiferencia de Rojas por los temas religiosos.
Al lado del drama del honor y del amor conyugal entre Blanca y García los protagonistas de la obra más famosa de Rojas, Del rey abajo ninguno, cabe señalar el sentido horaciano del marco rústico y la frescura campesina de los versos en los que los esposos se dicen ternezas: “No quieren más las flores al rocío / que en los fragantes vasos el sol bebe...”
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias
Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:
http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
0 comentarios