MANUEL FERNANDEZ Y GONZALEZ POR FRANCISCO ARIAS SOLIS
Manuel Fernández y González.
LA VOZ DEL FUNDADOR DE LA NOVELA HISTORICA DE AVENTURASManuel Fernández y González es el verdadero fundador y máximo representante de la novela histórica de aventuras. Su nombre va indisolublemente asociado a la novela por entregas, industria editorial a la que contribuyó con más de doscientos títulos y un total de cuatrocientos volúmenes. No toda su obra, sin embargo, cae dentro de dicha denominación; hombre de prodigiosa fecundidad, que puede parangonarse con la de Lope, de singular talento y especialmente dotado para la novela, contribuyó todavía en sus comienzos a la más genuina romántica, dentro de la línea que arranca de López Soler, con obras como Men Rodríguez de Sanabria, Los monfíes de las Alpujarras y El cocinero de su majestad. Como autor de novelas históricas de aventuras publicó relatos de no escaso mérito: El laurel de los siete siglos, Allah-Akba, Obispo, casado y rey, El condestable don Alvaro de Luna, La cabeza del rey don Pedro, Los hermanos Plantagenet, El horóscopo real y, sobre todo, El pastelero de Madrigal, que aventaja con mucho a las diversas obras sobre el tema.
Manuel Fernández y González nació en Sevilla el 6 de diciembre de 1821 y cursó los primeros estudios en su ciudad natal, pasando luego a Granada, donde estudió en la Universidad, Filosofía y Derecho. A los doce años (1833) publicaba su primer libro de versos y cinco años más tarde, su primera novela, El doncel de don Pedro de Castilla (1838), que le concedió el valor del público. Instalándose en Madrid en 1850, dedicóse a la producción novelesca. Después de haber ganado mucho dinero con sus novelas, murió en la pobreza en Madrid el 6 de diciembre de 1888.
Ferreras sostiene que Fernández y González es capaz de ambientar un mundo pretérito en unas pocas líneas, de mover sus personajes, convincentes y bien dibujados, en los más intrincados y exóticos universos, de aportar eficaces descripciones de indumentarias, armas, objetos, para recrear una atmósfera. A partir de 1857, año de la publicación de su novela Luisa, Fernández y González se convierte en el típico autor por entregas, en obrero-novelista, mero rellenador de papel, capaz de escribir, o de dictar, varias novelas a un mismo tiempo. Siguió escribiendo todavía sobre personajes y sucesos históricos, pero abandonó los temas medievales para dedicarse con preferencia a la España de los Austrias: El marqués de Siete Iglesias, El alcalde Ronquillo, El Conde-Duque de Olivares, La princesa de los Ursinos.
A partir de 1863 comienza a novelar la vida de los bandidos españoles célebres: Los siete niños de Ecija, Diego Corrientes, Los piratas callejeros, El rey de Sierra Morena, José María, producción que alterna con lo que se ha llamado novelas de dualismo social, novelas de buenos y malos, sentimentales con pretensiones moralizadoras.
La obra de Fernández y González, que todavía conserva, hasta en su última etapa, alguna de las virtudes que había conquistado la primitiva novela romántica, degenera rápidamente cuando se apoderan de ella otros industriales de la pluma. Y como dijo Fernández y González: “Helo sin voz, el que arrancó al pasado / cien héroes y otros cien y les dio aliento / helo cadáver; aún ayer sonaban / entusiastas aplausos en su oído”.
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias
Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:
http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
0 comentarios